Gen 2 - La Plata

Hace 39 años Chiara dio inicio a lo que hoy es nuestro movimiento, por eso aca posteo una meditacion de Chiara de su diario de 1968.
Gracias a Bob por mandarla por mail.
Abrazo a todos
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Agus

P.D: me saque 8 en el final del miercoles, gracias por ayudar a tomar el colectivo el lunes, jeje



Consagracion de Chiara:

Del diario de Chiara del 7 diciembre del 68:

"Justo hoy, hace 25 años, sola, me consagraba para siempre al Señor.
Era un día que no olvidaré jamás.
Había hecho una vigilia nocturna, en mi habitación, sola con el Crucifijo.
Lo único que recuerdo de esa noche, es que después de medianoche, me di cuenta que el Crucifijo estaba empapado por el aliento de mi oración y me pareció como un signo, que el Cristo que yo tendría que abrazar sería un Crucifijo de dolores espirituales.
Después recuerdo la tormenta afuera que no me permitía caminar hacia la Iglesia.
Luego el darme cuenta, en un reclinatorio de frente al Altar, de aquello que estaba por hacer.
Entendía que detrás mío caía un puente con el mundo y antes de pronunciar el Voto una lágrima cayo sobre el Misal.
Después una inmensurable alegría.
En un papel, bajo el Cáliz, le pedía a Jesús como regalo la conversión y santificación de Gino (el hermano).
Luego la reacción de mi alma cuando, arrodillada en los bancos de la Iglesia, el Sacerdote me susurró una frase tradicional (a mi me parecía así):”Será esposa de sangre” yo no lo entendía. Me había casado con Dios”…
Después, corriendo a comprar tres claveles rojos y ponerlos adelante del Crucifijo al frente del cual había hecho la vigilia en casa.
Luego la corrida, un poco en retardo, para darle clases a Dori.
Todo aquí.
Era verdaderamente…todo aquí. Todo muy simple. Sobretodo un momento de soledad con Dios.

Silvana (una de las primeras compañeras) comenta: “Un paso hecha sola… no había nadie en ese tiempo, no estaban las Popas, no estaba el Ideal todavía.
Aún si estaba naciendo, no se sabía como sería. Le hubiera dado fastidio si hubiera habido algo… tan es así que no le había dicho nada a nadie.
Era algo entre Dios y ella. Si le hubieran dicho lo que vendría después, le hubiera parecido más pequeña su consagración, porque Dios…, solo Dios, es más que todo.